Fe y esperanza
No sé si la educación dada por mis padres,
buena o mala, y desde muy niño,
tenga mucho que ver.
Pero hay días, ahora que a vueltas de todo y feliz,
y ya sin ningún deseo o problema mundano
Sin saber el por qué, inesperadamente
me estalla el corazón, ¡me acongojo y sobresalto!
Entonces, ¡desde lo mas hondo del alma!
me brota inesperado un Padre Nuestro,
que como un elixir o medicamento celestial
me calma y me frena el corazón a sus latidos…
¡Que Nadie me obligue a quitar mi cruz del pecho!
¡Mi fe o la esperanza en Cristo!
¡Soy cristiano apostólico español!
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