(En el campanario viejo)
Se ha vuelto loca
¡No quiere mirar a ningún
lado!
¡Ningún horizonte!
Hoy,
llora y grita, chirria
con su voz de hierro oxidado
que sobre su cuerpo frío
de metal,
el
huracán,
el
viento y el agua,
fue
grabando.
¡Se
ha vuelto loca!
se
ha vuelto loca
y
chirria,
grita
y da vueltas
como
si fuese una peonza,
a
mil revoluciones por minuto…
Se
han ido las cigüeñas al sur
¡Llegó
el invierno!
y en
el campanario,
con
sus milenaria piedras,
a
solas se ha quedado
y
enloqueció…
¡Enloqueció
de
soledad y viento!
Badajoz a tanto de tantos ya